Tonterías sobre Halloween: “Lo de pedir caramelos es muy moderno” – El Origen del Trick-or-Treating

Cuando se aproximan estas fechas, como siempre, emprendo mi cruzada particular a favor de Halloween, y la recuperación de su celebración original en TODA Europa, incluyendo el país que nos ocupa.
Una de las tradiciones que tanto se desprecian a nivel nacional y que en los últimos años parecen estar extendiéndose en el territorio es la de los niños pidiendo dulces puerta por puerta. Muchos adultos se quejan que los niños sólo lo hacen por influencia de los medios, que dan una visión americanizada de la fiesta, y que esta práctica va en detrimento de las celebraciones tradicionales locales. Y no se equivocan.
Sería inútil haceros creer que los niños obedecen a una especie de inconsciente colectivo de recuperación de tradiciones europeas. Bueno, de hecho sería la hostia si eso fuera así. Pero no es el caso: pesan más las películas de Disney y los especiales de Halloween de los Simpsons y todas las otras series de dibujos animados que no dejan de emitir en reposición, tanto si estamos a medio julio como en pleno enero. Pero si lo enfocáramos de forma más práctica e intentáramos explicarles a esas nuevas generaciones los orígenes del trick-or-treating, quizás lo veríamos con diferentes ojos.
Antes de meternos en materia, como siempre, me adentraré en la etimología. El Trick-or-treating es una expresión inglesa que significa, literalmente, “Broma o trato”, pero que se ha adaptado con cierto éxito como “Truco o Trato”. Los niños, disfrazándose de diferentes espectros y monstruos, llaman a las puertas de sus vecinos diciendo “Truco o Trato”, exigiendo un dulce. En caso de que ese “trato” les sea negado, estos pueden vengarse con un “truco”, que consistiría en una broma pesada.
La expresión se registra por primera vez en lengua inglesa ya en la tardía fecha de 1927, en un periódico, el Herald de Alberta, Canadá. Pero serí en la década siguiente cuando el término tal y como lo conocemos ahora se extendería sobretodo por los territorios occidentales de los Estados Unidos y Canadá. Aun así, el Trick or Treating no empieza en los años veinte, sino que basa su origen en tradiciones muy antiguas, que nos retraen de nuevo, ¿cómo no? A Europa.
El origen del Truco-o-Trato (I): mito y religión:
Si investigamos sobre los orígenes de las bandadas de niños y niñas corriendo de puerta a puerta, nos encontraremos con la celebración céltica de Samhain, así como sus fiestas de inicio de inviernos análogas en la mayor parte de Europa.
Como ya debes haber leído hasta la saciedad, en Samhain el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos se hace muy fino, y todo lo que habita ese Otro Mundo, se filtra hasta el nuestro, en el cambio de estación (en este caso, el cambio de mitad del año). Originariamente no eran los niños los que iban de puerta a puerta, sino que se creía que eran los muertos y los ancestros los que visitaban las casas de sus familias -o sus enemigos- buscando algo de comer o de beber, así como el calor familiar. Esa creencia sobrevivió, por su importancia, en los territorios celtas insulares de Escocia e Irlanda, mientras que en otros sitios se perdió con más facilidad.
Con el tiempo y la necesidad ritual de la sociedad, esa procesión de muertos y sídhe del Otro Mundo pasaría a hacerse tangible, y aunque transformada en pantomima, mantendría su seriedad por mucho tiempo que pasase.
El origen del Truco-o-Trato (II): : el souling y el guising:
A pesar de la llegada del Cristianismo, en muchos territorios jamás se perdió la creencia en la magia y el poder de la noche de Samhain.
Y así, en algunos sitios de las Islas Británicas, bajo la pátina cristiana de la Baja Edad Media, surgió el souling. Con esa práctica pasó de creerse en que los muertos eran los que vagaban de puerta en puerta, para que pasaran a ser los mendigos y vagabundos los que pedían comida, a cambio de plegarias para los difuntos familiares. Las buenas almas cristianas confortaban a las perdidas, y las perdidas rezaban por los muertos, así se obtenía un beneficio espiritual.
En otras áreas, como en el caso de la Bretaña Armoricana o Escocia, el aspecto precristiano y mágico de esas procesiones se mantuvo mucho mejor. En esos pueblos, era gente del pueblo la que iba, emulando con disfraces blancos a los seres del Otro Mundo, pidiendo comida a sus vecinos. La gente en las casas les ofrecía comida a cambio de protección y la promesa de estar a bien con el mundo de los espíritus. Cada hogar realizaba de esta forma su sacrificio particular a sus ancestros, y de este modo, la magia simpática que se llevaba a cabo con este ritual aseguraba medio año más de paz con los habitantes y poderes del Otro Mundo.
Finalmente, hay también precedentes de esta práctica en Gales y en la Isla de Man. En el caso de Gales, sus habitantes dejaban comida ante la puerta para que los muertos la pasaran a buscar sin necesidad de interactuar con los vivos. Y en la Isla de Man, como parte de las celebraciones de Hop-tu-naa, los niños llamaban a las puertas pidiendo dinero o comida.
Pero el boom moderno del Truco-o-Trato tuvo lugar al final de los años veinte en América y Canadá, y mediante la industria de los caramelos y otras multinacionales se consiguió que se volviera una práctica inherente a Halloween en todo el mundo.
Interpretación:
La idea del Truco tiene su origen en los ritos escoceses que se llevaban a cabo esa noche, aun no estando conectados con los soulings o guisings. Los muchachos jóvenes de los pueblos se intercambiaban vestimentas con las muchachas, y gastaban pesadas bromas a los adultos, moviendo el ganado o haciendo ruido con estridentes instrumentos de viento. En el caso del Trato, como ya hemos dicho, era un sacrificio ritual, que con el tiempo se automatizó y se ha vuelto una pantomima infantilizada.
Aun no está muy claro cuando empezó a amalgamarse la idea del Truco y el Trato como acto complementario, pero seguramente fue durante el Cristianismo, cuando los ancestros y todos los seres del Otro Mundo pasaron a ser maléficos por naturaleza, y las buenas gentes tenían que pagar su tributo a los infiernos para protegerse de todos lo males que brujas y demonios pudieran causar, dándole por ende un toque más tenebroso y menos festivo.
Así pues, al ver los alegres niños disfrazados de fantasmas, hadas y demás criaturas sobrenaturales, es curioso pensar que ellos, inconscientemente, desarrollan un antiquísimo rito de conexión con el Otro Mundo, y que, un año más, el invierno y la mitad oscura del año no nos quiten más de lo que es estrictamente necesario.
Fuentes:
Hallowe’en in America:
http://www.sacred-texts.com/pag/boh/boh17.htm
Halloween customs in Celtic World:
History of trick or treat:
Pagan origins of halloween-Jean Markale.
Fuente: El Bosque (Web recomendada)

 

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