Las Matres

Las Matres son diosas de la fertilidad, la maternidad, la abundancia y la salud. Estas diosas son siempre tres (formando una tríada, sagrada en el mundo celta) y son diosas encargadas de la fertilidad y la abundancia de los ciclos de vegetación, así como de la protección de las madres y la maternidad. Estas diosas también están relacionadas con las aguas y la salud, pues a ellas estaban consagradas fuentes y pozos de propiedades curativas.

El culto a las Matres fue un culto ampliamente extendido por toda Europa. Se conoce su culto en la Galia, Germania, Britania, Roma y hasta el oriente a lo largo del río Danubio. Las representaciones que nos han llegado de las Matres son representaciones de época romana. En estas imágenes vemos a las tres Matres sentadas juntas en un edículo, sosteniendo sobre sus piernas una pátera, recipientes con frutas, cuernos de la abundancia y, ocasionalmente, con niños sobre su regazo. Hay otras representaciones en las que aparecen de pie mostrando los elementos citados.

Su culto en Hispania se dio casi exclusivamente en el área celtibérica. Siendo el culto a las Matres extendido por todo el mundo céltico existe el debate de si las inscripciones que se han hallado corresponden a un culto foráneo exportado o a un culto nativo que fue, como muchos otros, sincretizado por los romanos. Aún así, en la península es observable la relación de estas diosas con las aguas gracias a los testimonios epigráficos encontrados. En Agreda existe una fuente de aguas sulfurosas con capacidades curativas; el altar de Yanguas está relacionado con un manantial de aguas sulfhídricas cercano; en Porcuna, donde se halló otra inscripción, hay varios pozos con virtudes salutíferas; y en Carmona se hayó una fuente antigua.

LAS MATRES CELTIBERICAS

Entre las divinidades autóctonas con marcado carácter geográfico y genérico, debemos destacar a las matres. Estas divinidades están concentradas en la zona celtibérica, la mayoría de las aras votivas corresponden a la región centro oriental de Castilla la Vieja, en las cuales siete pertenecen a Burgos (8), dos a Soria (9), una a Segovia (10) y otra a Alava (11). Los epítetos que las acompañan, por lo general, son propios de topónimos o gentilidades (12).

Las matres son muy frecuentes también en la Galia, Germania, norte de Italia, y tienen puntos de focalidad en Gales y en el Ulster. Aunque la advocación de Matres, Matribus, Matronae (Galia) o Modron (Gales) toma forma latina, el plural no es propio de las divinidades romanas, sino que corresponde a las características de las creencias autóctonas. Se las representa normalmente en triada y con cestos llenos de frutos, con un cuerno de la abundancia o sencillamente como madres con un niño en el regazo. Atributos estos de la fertilidad de los campos, de la prosperidad y de la fecundidad humanas. Tienen, asimismo, un carácter mistérico, que proviene de su transformismo y representación múltiple, avalado desde su más remota antigüedad. Las matres son la triple diosa ectónica y fecunda de la naturaleza, una mujer muy vieja que se transforma en joven fértil y pródiga.

Las diosas madres están en relación con el mundo subterráneo; posiblemente constituyen un legado del neolítico, o quizás sean anteriores. La Tierra vista como una gran matriz, sus cuevas, sus fuentes, el campo yermo y con fruto; la Luna rigiendo el calendario y el ciclo de las mujeres, la lluvia y las mareas. La Gran Madre aparece como la encarnación de la ley (themis) y de la muerte.

Los mitos griegos nos hablan de las triadas en su versión de doncella, ninfa y vieja, tanto para las fases de la luna (creciente, llena y menguante) como para el ciclo del cereal (Koré, Demeter, Hécate). Ha quedado una buena muestra de las mismas en el folklore europeo (13). Otro aspecto de las matres, sin perder su carácter cíclico, es la trifuncionalidad que asumen, correspondiente a la religión de los indoeuropeos, característica estructurada por Georges Dumezil (14).

Acerca de las matres de la Galia y Germania, Jan de Vries manifiesta que los sobrenombres que las acompañan no son celtas, sino preceltas. Algunos de sus epítetos indican un culto compartido por todo un pueblo Matres Gallaicae. Otras, por el contrario, muestran que el culto era local. Las matres son protectoras del hogar doméstico, pero también de la comunidad en el sentido más amplio: de ahí sus sobrenombres geográficos. De todas formas, De Vries puntualiza que se tenía conciencia de adorar diosas comunes a todos (15).

Los mitos son cosmogonías lejanas. Muchas leyendas se transforman en elementos fundacionales, cuyo significado se relaciona con la legitimación de la posesión de un lugar, de una estirpe o con la celebración de un héroe. Conocidas son las múltiples versiones de melusinas cuyos vástagos reivindican su procedencia mítica, como la estirpe de los Lusignan (16), los señores de Vizcaya, hijos de la dama del pie de cabra (17), o los Blanch en Cataluña, cuya madre es la dona d’ aigua que descansa en el Gorg Negre (18). Como muy bien manifiesta Le Roy Ladurie, existe una melusina o madre fértil ruralizada, en la época moderna, cuyas leyendas responden más a intereses relacionados con la agricultura que con la fertilidad de las antiguas estirpes medievales (19). Yo creo que estas familias nobles medievales se sirvieron del mito y de la literatura apropiándose de la madre telúrica y fundacional de la zona. Verdaderamente, leyenda viene de leer, y gran parte de la mitología popular se ha ido pasando por la vía culta. Pero también percibimos que muchas leyendas son orales y no tienen un referente escrito claro, leyendas que han pasado como cuentos de viejas y que han resistido en las comunidades campesinas convirtiendo la leyenda esta vez en ley.

Son quizás las leyendas irlandesas. las que revelan una mejor estructura, relacionando la topografía con la divinidad trifuncional, aunque también se hallan semejantes historias en los pueblos nómadas del Cáucaso (osetos y nartos) (20) y en los mitologemas de diversos cuentos europeos (21).

La tríada Macha agavilla topónimos y leyendas en relación a unos cuantos kilómetros cuadrados que existen al sur del Ulster. Macha Magh (capital de los reyes paganos) y Ard Macha, donde anualmente celebraban la Asamblea de Macha. Trataremos de resumir sucintamente las leyendas siguiendo la «Epica minora» de G. Dumezil (22):

1) En una de las leyendas, Macha aparece con las cualidades de una vidente que vaticina el qué les sucederá a los ulatos. Su marido es Nemed, o sea el Sagrado.

2) Una segunda leyenda en la que Macha aparece como guerrera, maga y fundadora de la capital de los ulatos.

3) Y una tercera historia, de carácter melusianiano, en la que Macha se aparece a un rico campesino, el cual prospera todavía más viviendo junto a ella. Pero la mujer le impone la condición de que no hable a nadie de su persona. Un día el campesino asiste a la asamblea de los ulatos, y movido por la vanidad, dice que su mujer corre más de prisa que los mejores corceles. El rey envía a buscar a Macha para que corra contra dos de sus caballos. Macha se niega porque está embarazada y sufre dolores de parto. No obstante, se le exige que se desplace al instante, bajo pena de matar a su marido. Macha accede a competir con los caballos del rey y llega vencedora. En el mismo momento lanza un grito terrible que deja sin fuerza a los hombres congregados en el lugar. Acaban de nacer un hijo y una hija del cuerpo de Macha, que al poco tiempo muere; pero antes tiene tiempo de maldecir a la asamblea.

Esta tercera Macha abocada a la fertilidad representa al mismo tiempo la dramatización de la muerte-vida: muere, pero continuará viviendo en sus descendientes. La paralización de los hombres (23) y la maldición que efectúa Macha es vista por algunos estudiosos como una explicación del rito de la covada y el papel trascendente que la mujer tenía en todas aquellas zonas en las que se desarrolló el culto a las matres (24).

EL PRIMITIVO DERECHO MATERNO

Una de las características que señala Estrabón en relación a los pueblos septentrionales de la Península Ibérica, es la valentía y fiereza, que atribuye tanto a los hombres como a las mujeres: «Estas cultivan la tierra; apenas han dado a luz, ceden el lecho a sus maridos y los cuidan» (III, 4, 17). y califica, por éste y otros aspectos, el sistema social de los cántabros como una especie de matriarcado (ginekocracia) (III, 4, 19).

Sobre el brío guerrero de las mujeres celtíberas pertenecientes a la Meseta superior, Salustio corrobora lo dicho por Estrabón. Explica cómo, acercándose Pompeyo a una ciudad cuyo nombre desconoce, «los ancianos (en asamblea) aconsejaron la paz. Pero las mujeres empuñaron las armas y, colocándose en la parte más fuerte de ella, se encararon a los hombres y les dijeron que, puesto que se prestaban a vivir sin patria, sin mujeres y sin libertad, se encargaran también de parir, amamantar y demás funciones feminiles. Con estos argumentos se encendió el furor bélico de la juventud, que se rebeló contra el senado» (25). Una expresión viva hoy en la comarca serrana de Salas de los Infantes (Burgos) es «una mujer de armas tomar» o de «rompe y rasga», aplicada a aquellas mujeres que desempeñan trabajos duros con mayor ímpetu que los hombres y tienen, además, un carácter desafiante y autoritario (26).

Podríamos definir la imagen de la matre como el del ideal o resultado sociológico de las mujeres que asumen un importante papel en los asuntos de la colectividad. Reinas, guerreras, nutricias y fecundas: la «especie del sistema matriarcal» que regía a los cántabros y otros pueblos europeos

EL RITUAL

¿ Qué nos queda en la zona burgalesa y soriana, además de las aras votivas dedicadas a las «matres» y a las divinidades célticas Epona, Boiogena y Lug(oves)?. Castilla ha proporcionado un buen material épico; sin embargo, no parece proclive a proporcionar material «maravilloso» el más susceptible de enlazar con las viejas religiones. No obstante, dicho material existe no sólo en los cuentos, sino también en las leyendas unidas a lugares geográficos donde la mayoría de las veces a la Virgen y a los santos les corresponde un papel activo.

 

Fuente: Revista Folklore (Caja España) Autora: ROQUE, Mª Angeles y www.celticahispana.net

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