La Sacerdotisa Tarot (Analisis)

La Sacerdotisa

En esta figura del tarot de Marsella dominan el color rojo y el azul. Sentada delante de una colgadura negra, la Sacerdotisa apoya en sus rodillas un libro abierto y lleva estampada sobre el pecho una gran cruz amarilla. Una tiara de doble corona, rematada con un botón, le cubre la cabeza. En la lamina de Wirth se ve una sacerdotisa sentada pero con nuevos atributos. Su asiento, que ahora si se puede distinguir, muestra un largero adornado por una esfinge negra; en la mano derecha lleva un libro entre abierto, en cuya portada puede verse el símbolo del ying-yang , mientras que con la mano izquierda sostiene dos llaves, una de las cuales es de oro, con el ankh egipcio en su empuñadora, y la otra de plata, con forma de trébol.

Detrás del personaje se ven dos columnas,  una rosada y otra azul, con cun cortinaje que hace el papel de puerta. Bajo la capa de color rosa, ribeteada en oro y forrada en verde, se entrevé un vestido azul. La toca blanca culmina en tiara de doble corona, rematada en media luna. Los pies descansan sobre un cojín verde , el suelo que en Wirth se puede ver parece un damero de cuadros blancos y negros.

Wirht nos hace tomar conciencia de que la Sacerdotisa se halla en el poder de los secretos, del libro de la vida y de las llaves del pasado y del porvenir esas llaves de los dos caminos. Sentada delante de los velos, se erige en guardiana del lugar secreto,  del Sancta Sanctorum. Lo mismo que la esfinge, es la centinela del umbral. Es ella quien puede conceder el derecho de paso.

Robert Grand la ve como la Madre Primigenia, : <<La Sacerdotisa es la Madre Triunfo. Representa a un mismo tiempo a la Isis Egipcia, portadora de un velo blanco, a la Kali de los hindúes, a la Virgen Madre de los cristianos, a la Amazona Diosa-Madre, a la Innima de Sumer y la Dana de los Celtas. Plutarco nos dice que sobre la estatua de Isis en Sais vio grabada esta inscripción: “Yo soy cuanto ha sido, cuanto es y cuanto será, y mi velo nunca lo ha alzado mortal alguno”. Se trata del mismo velo blanco que esta lamina reproduce>>.  La Sacerdotisa, en efecto, es  Isis, Madre Grande, pasiva y fecunda, forma parte de un orden superior, es pura y serena, como expresa su toca, inteligente, puesto que sabre interpretar el libro de la sabiduría, y además creadora. Pero la media luna en lo alto de su tiara refracta la luz. Ella recibe y transmite: Es la diosa del conocimiento. La Isis sin velo de Salvador Dali.

Todo nos lleva a pensar en las dos columnas del templo, en Jaquin y Boaz, en el Santo de los Santos, lugar vedado a los profanos. Es muy razonable imaginar una influencia masónica en la figuración de Wirth, si nos remitimos al ritual de la construcción del templo de Salomón, que la Biblia define tan prolijamente. Por lo demás esta lamina también fue llamada “La puerta del Santuario”. Es preciso que sepamos alzar el velo y penetrar en el  Santuario, si deseamos alcanzar la revelación de los misterios. El cortinaje oculta y a la vez protege el lugar sagrado.

Columna, yin y cruz proclaman el perfecto equilibrio que impera en esta composición. Wirth eligió el color verde para aludir a la vida, a la encarnación que tiene efecto en la luz.

En el Tarot flamenco, grabado en madera hacia el año 1780, Van Denborre sustituye a la Sacerdotisa por la Lamina del Capitan Fracassa, supuesto símbolo de  “Audacia, altanería y coraje”, con lo cual este arcano queda referido a la dinámica del poder. Porque, en rigor ¿Cuál es la razón para que se hable de una Papisa (Algunos autores llaman a esta lamina así) cuando se sabe que el gobierno de la iglesia católica apostólica y romana esta vedado a las mujeres?

Según la tradición popular, el trono de Pedro habría sido ocupado, después de Leon IV y antes  de Benedicto III, es decir, a mediados del siglo IX, por una mujer que asumió la dignidad Papal con el nombre de Juan VIII. El dominico Jean de Mailly afirma en cambio, que la asunción de las Sacerdotisa habría acaecido hacia el 1100, al resolverse la sucesión del Papa Victor III. Pero otro Dominico sitúa el pontificado dela sacerdotisa después del de Leon IV. Van Rijnberk hace notar que esta curiosa leyenda no tiene base alguna realidad histórica. No se ve , en efecto, que entre los sucesivos pontificados exista algún vacio susceptible de colmarse con un gobierno de aquella índole.

Además, la leyenda se carga de elementos decorativos .  Afirma que la Sacerdotisa, en cinta, tuvo un hijo a plena luz del dia, durante una procesión. Y que el pueblo se unió al clero para darle muerte de inmediato, lo mismo que a su vástago. Que las mujeres hayan ejercido un poder concreto sobre pontífices como Juan X o Juan XI, que se haya pretendido aludir a la amante de Juan XII o que incluso, se haya querido hacer la burla del  afeminado Juan VIII son aspectos que carecen de importancia en este libro, con mayor motivo cuanto que la Sacerdotisa/Papisa aquí representada no guarda relación con las autenticas representaciones de los Papas. Por lo demás hasta aproximadamente el 1200 el clero estaba autorizado a casarse, el valor representativo de la Sacerdotisa como lamina del tarot no es , por consiguiente el de una sátira contra la iglesia católica apostólica romana.

Algunos autores, entre los cuales se encuentra Van Rijnberk, señalan que el gorro pontifico se hallaba rematado por un botón y no por una cruz o una luna, y que la tiara no es doble si no triple corona. No nos hallamos frente a una Sacerdotisa en el sentido religioso del término, si no frente  al arquetipo de la mujer exaltada en calidad de saber intimo, de espiritualidad oculta en la materia, como lo sugiere su capa azul sobre la vestimenta roja. Con el nombre que se le ha asignado, esta lamina oculta su verdadero sentido.

Sujeta al poder de la letra hebraica de Beth (Simbolo del casa) y de la sephirat Chokmat (el saber) lleva el número dos.

Dos, o diada, primer número par, ya divide la unidad, estos dos aspectos son, sin embargo, reflejo del poder único: existe de tal modo una doble polaridad, que nos hace pensar en par en la pareja. No obstante su ambivalencia, este número implica la noción de dualidad, con toda su carga conflictiva. Uno al activo creador se contrapone el dos, pasivo, femenino: este es el yin, la madre. Con el dos tenemos fuerzas temporales en oposición a las fuerzas espirituales, en el estilo del emperador que se alza contra el papa.

Pero, ¿No es acaso el mismo papel de los complementarios en relaciones como , por ejemplo, noche/dia, frio/calor , humedad/sequedad.

Esto no hace sino mostrar las dos fuerzas que actúan en el uno, y nos lleva a comprender que todo debe estar dotado de movimiento  para que haya vida, es preciso que el par gire en torno a su punto central. Con esta lamina nos hallamos frente a frente con lo “Femenino Superior”.

Stuar R Kaplan da a esta lamina los siguiente significados.

Significados adivinatorios: Prudencia, Juicio Sano. Conocimiento sereno, sentido común, Aprendizaje, Serenidad, Objetividad, Previsión, Intuición, Comprensión, Percepción, Confianza en uno mismo. Emoción escondida, Pureza , Virtud, Impasibilidad, Imposibilidad de compartir, falta de paciencia, Relaciones Platónicas: Evita los problemas emocionales. A veces demasiado practico. Educador.

Significados de la carta invertida:

Ignorancia, visión estrecha, falta de compresión, egoísmo, acepta conocimiento superficial, Juicio erróneo, Vanidad.

Fuentes : San Google, Pequeña enciclopedia del Tarot (Tikal)

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