La radiestesia

La palabra radiestesia proviene de la palabra latina radius que significa radiación y por el vocablo griego aisthesis, sensibilidad.

En esta ciencia de captación de energías, podemos distinguir tres tipos prácticas de la misma. Una sería la radiestesia o rabdomancia que definiríamos como la práctica de esta ciencia por la que se detecta a distancia y a través de un instrumento, radiaciones que son emitidas por cualquier cuerpo o forma de energía como podrían ser minerales ocultos o corrientes de aguas subterráneas.; otra sería la radiónica, que es la técnica que maneja la acción a distancia y otra la radiónica médica que sería la parte de la radiónica que se practica en la curación a distancia y que se conoce también como telecuración. A pesar de que esta ciencia es muy antigua, se adjudica la invención de su nombre a los abates franceses Bayarden y Bouly en el año 1.890.

Tan antigua es, que ya era utilizada desde las antiguas tradiciones de la legendaria China. Los babilonios, los egipcios y también los israelitas hacían uso de las varillas adivinatorias. La propia Biblia nos habla de que Moisés con una vara golpeaba las rocas y hacía brotar el agua. También los celtas conocían este arte.

Ya en la Edad Media fueron utilizadas las varillas por los llamados zahoríes o como ahora se les conoce también con el nombre de radiestesistas, para buscar tesoros, minerales y aguas subterráneas.

En todas las épocas y civilizaciones hubo personas que tenían poderes para detectar puntos estratégicos con buenas vibraciones en donde se deberían levantar monumentos o edificaciones. Las pirámides de Egipto fue un ejemplo de ello; también lo hicieron los mayas y los chinos; los monumentos megalíticos de los celtas, dólmenes y menhires. Todos ellos conocían las energías sutiles que emanaba de la tierra. Los cristianos aprovecharon en la edad media los lugares marcados en otra época por los celtas para construir sus iglesias y catedrales.

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, se publicaron diversos libros sobre el arte adivinatorio con varillas y sus aplicaciones en la búsqueda de minerales y corrientes de aguas subterráneas. El nombre zahorí es consecuencia de una castellanización del nombre árabe zuhari, que se daba a los adivinadores de objetos ocultos en la tierra o geománticos.

La Inquisición condenó esta práctica en la Europa Medieval, asimilándola a la brujería y parece que muchos zahoríes fueron quemados en la hoguera acusados de brujos.

La radiestesia se considera físicamente como la reacción de algunas personas a los campos electromagnéticos. No obstante, en realidad no se sabe hasta el momento porqué funciona, pero funciona.

El fenómeno de la radiestesia dentro de las paraciencias, es uno de los pocos capítulos que si bien aún no se han podido medir los resultados obtenidos mediante aparatos científicos o pruebas de laboratorio, si se han visto resultados positivos en la casi mayoría de las prácticas de esta ciencia que han demostrado que son reales y comprobables a nivel práctico.

Como consecuencia de los estudios realizados por Albert Einstein, se establece que la energía es de naturaleza vibratoria y que la materia, que es una forma particular de energía, también emite radiaciones.

En los últimos años del siglo XVIII, en la Universidad de Saltzburgo y por primera vez en Europa, se realizaron prácticas de radiestesia con enfermos, todo ello bajo la supervisión del Rector y a raíz de ello se instituyó el péndulo como instrumento oficial en el diagnóstico médico.

Ya durante el siglo XX, se comienzan a tomar en serio las prácticas del zahorí a los que se acude con frecuencia, muy especialmente para la localización de aguas subterráneas y se crean las primeras asociaciones de radiestesistas.

Alexis Mermet (1.866 – 1.937) Presidente Honorario de la Association des amis de la radiesthésie, conocido como Príncipe de los radiestesistas, descubrió la teleradiestesia y fue conocido en todo el mundo por sus estudios sobre esta ciencia, llegando a utilizar esta técnica en la que se denominó medicina radiestésica o diagnóstico pendular.

De la misma forma que se podían localizar corrientes de aguas subterráneas con el péndulo, Mermet afirmaba que se podían localizar en las personas los órganos enfermos.

El argumento que Mermet utilizó fue que todas las sustancias, incluido el cuerpo humano, emitían radiaciones positivas y negativas que podían detectarse e incluso identificarse.

También ha sido muy utilizada la radiestesia en la arqueología o bien para buscar a personas, animales u objetos perdidos y para ello se ha usado el péndulo poniéndolo sobre un mapa o un plano para que este señale el lugar en que se encuentra el objeto buscado.

Durante la primera guerra mundial se utilizaron los métodos de la radiestesia para detectar minas y obuses sin estallar, que estaban aún ocultos bajo tierra.

Tanto Tesla como Marconi creadores de las radiocomunicaciones y la electrónica, practicaban la radiestesia.

El instrumento utilizado por el zahorí puede ser metálico o de madera y puede estar constituido por dos varillas en forma de «L» o una sola en forma de «Y». También se utiliza el péndulo.

Si no se tiene a mano un alambre apropiado, se puede utilizar el de dos perchas de ropa que una vez extendido el metal lo doblaremos con un ángulo de 90º, formando las dos «L».

El péndulo idóneo será de baquelita con la punta de hierro aunque podría servir perfectamente una plomada. Deberá estar suspendido de un hilo que no mida más de 25 cm, y puede ser de níquel, cobre, plata, oro o aluminio.

En la radiestesia se mantienen, a través de un sexto sentido, percepciones extrasensoriales originadas en el hemisferio cerebral derecho que se han venido ejercitando desde los orígenes del hombre.

En realidad el radiestesista es una persona sensitiva que está dotada de la facultad de percibir o detectar: vetas de minerales, corrientes de agua, lagos subterráneos, etc., a cualquier profundidad en la que se hallen, dado que nuestro organismo es un receptor que capta las radiaciones emitidas por otros cuerpos y por las diversas formas de energía. Esta sensibilidad se considera como una facultad supranormal y se basa en el rastreo de la psiquis por la parte profunda de la tierra ayudado por el péndulo, una varilla vegetal o unas varillas metálicas, que les sirve de medio para señalar el lugar en el que se encuentra el punto buscado.

En la práctica, todos tenemos ese poder y la posibilidad de utilizar con éxito estos instrumentos de radiestesia, aunque unos en mayor medida que otros, dependiendo del grado de concentración que pongamos en el trabajo a la hora de realizar una búsqueda bien sea con el péndulo o con las varillas.

Parece ser que el motivo de que no todos sirvamos para llevar a cabo con éxito este tipo de prácticas, es debido a que tan solo hemos desarrollado las funciones racionales que se llevan a cabo en el hemisferio izquierdo del cerebro, por lo que somos menos perceptivos e intuitivos; es por ello que para poder desarrollar esta facultad debemos prepararnos adecuadamente y de esta forma despertar en nosotros ese sexto sentido que nos haga captar las radiaciones o energías emitidas por todos los cuerpos que nos rodean.

La concentración es uno de los requisitos más importantes para un zahorí, dado que las distracciones podrían afectar en gran manera los resultados de la práctica de la radiestesia.

Para manejar las varillas metálicas a la hora de practicar la radiestesia, deberemos en primer lugar situarnos de pié con la espalda completamente recta. Sujetaremos las varillas con los brazos extendidos. Es conveniente llevar una brújula para dirigirnos nuestros pasos siempre hacia el norte. Mentalizarnos de que buscamos una corriente de agua y que esta se encuentra situada a nuestros pies. Caminamos pues en dirección Norte dado que las corrientes de agua subterráneas discurren en dirección Norte – Sur. En el momento en que encontremos una corriente de agua, notaremos como las varillas tenderán a cruzarse entre si.

En el caso de que utilicemos la varilla confeccionada con la rama de un árbol en forma de «Y», sería el mismo proceso que con las metálicas, solo que estas al llegar al punto en donde hay agua, ésta se levantaría hacia arriba.

En la tele-psicometría, la persona psíquica debe concentrarse en el objeto, animal, persona, etc., que desea buscarse; si se dispone de una fotografía, mucho mejor o también de algo que hubiese estado en contacto con el objeto buscado. Es entonces cuando se utiliza el mapa o plano y una vez situado frente a él, se va dividiendo el mapa en varios cuadrantes y se va poniendo el péndulo sobre cada uno de ellos. En el momento en que el péndulo empiece a moverse girando con gran rapidez, tendremos ya marcada la zona en donde se halla el objeto buscado.

Cuando intentemos detectar algo sobre un plano, mapa, fotografía, etc., deberemos sujetar el extremo del hilo en el que está sujeto el péndulo entre el dedo índice y el pulgar de la mano derecha manteniendo el puño cerrado. La mesa en la que se realice el trabajo deberá ser necesariamente de madera. Tomar la precaución de quitar previamente el reloj u objetos de metal y procurar estar alejados de cualquier aparato eléctrico. Los pies deben estar tocando el suelo, pero nunca mantenerlos cruzados, manteniendo el codo del brazo con el que se trabaja apoyado sobre la mesa y la mano izquierda deberá estar en contacto con el objeto que sirva de inicio para la búsqueda (la foto, el mapa, etc.,). El objeto sobre el que se va a pasar el péndulo deberá ponerse sobre una superficie blanca o negra.

Si el péndulo gira en sentido de las agujas del reloj, la respuesta es positiva, es decir SI; por el contrario si gira en sentido opuesto al sentido de las saetas del reloj, es negativa, es decir NO.

Fuente: http://www.rincondelcurioso.com

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