Convirtamos el ritual en parte de nuestras vidas.

4_elementos-270x300Empezaremos fijándonos en todos los hábitos y rituales que  practicamos decidiremos cuales nos resultan realmente útiles. Hace tiempo, yo tenia por costumbre comprar todos los días el periódico y ver los informativos televisivos varias veces al día. La mayor parte de las noticias eran catástrofes e inducían al pesimismo, pero yo tenia la impresión de que debía mantenerme informado para seguir el ritmo de lo que sucedía en el mundo.

Un día descubrí que tal necesidad se había convertido en una obsesión. Me pregunte a mi mismo que aprendizaje espiritual sacaba de todas aquellas noticias y descubrí que muy poco. Deje de comprar el periódico y ahora solo veo los informativos por televisión una dos veces por semana. No me pierdo nada y he conseguido mas tiempo en mi vida para hacer lo que realmente deseo. Nosotros no podemos cambiar el mundo, únicamente podemos cambiarnos a nosotros mismos, y a los demás con nuestro ejemplo. Es importante estar en contacto con lo que sucede en el mundo, pero debemos centrarnos en la forma de mejorar nosotros mismos y también las vidas de quienes nos rodean.

Busquemos los aspectos espirituales de los rituales de nuestra vida. El acto de lavarse, cuando se lleva a cabo concentrándose en la limpieza a todos los niveles, físico, emocional y espiritual, se convierte en una practica de gran vigor y fortaleza. El hecho de rendir honores a un árbol por medio de una simple ceremonia puede ayudarnos a descubrir de nuevo nuestra conexión. Todo el conjunto de la vida se convertirá en una enorme ceremonia si somos capaces de abandonar nuestros antiguos y despilfarradores habito y alcanzamos la libertad de experimentar que formamos parte de la red de la vida. Encontremos nuestros vínculos y descubriremos nuestro lugar en la vida y nuestra verdadera senda espiritual.

La preparación de un altar constituye una vía realmente simple y efectiva para conseguir que el ritual forma parte de nuestra vida cotidiana. No hace falta montar algo de gran envergadura ni muy elaborado, nos bastara asignar un sencillo espacio sagrado al hogar. Puede tener el tamaño de una mesita o incluso de la parte superior de una cómoda. Tal vez nos apetezca decorarlo con flores del tiempo y señalar en su superficie los cuatro puntos cardinales para conseguir el equilibrio de los cuatro elementos de nuestra vida. Podemos colocar un pequeño cuenco con sal o con tierra en el punto Norte (Tierra) , incienso en el Este (Aire),  una vela en el Sur (Fuego), y un cáliz o una copa en el Oeste (Agua). Cuando me apetece expresar un deseo o elevar una plegaria, suelo escribirla en un papel, lo paso primero por los cuatro elementos y luego lo enciendo para que luego cuando se esta consumiendo pueda visualizar como mis pensamientos ascienden hacia el creador. Podemos también meditar durante unos minutos por la mañana y por la noche encendiendo el incienso y la vela y permaneciendo en silencio un rato. Nos sorprenderá comprobar que una practica tan sencilla nos cambia la perspectiva ante la vida con sus lecciones y retos.

Fuente: Sabiduria celta

 

Un comentario

  1. HERMOSO ARTICULO; Y ES MUY CIERTO; YO VEO LAS NOTICIAS Y SIEMPRE TERMINO DEPRIMIDA Y COMO DESESPERANZADA; CAMBIARE ESE POCO UTIL HABITO

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