Recordando Jana de Madrid.

Ahora que el dolor de la perdida está en su punto más alto, tras el shock de la devastadora noticia de tu fallecimiento recurro a algo que en lo tú eras maestra y no solo porque fueras profesora de lengua.

Me viene a la cabeza tantos recuerdos juntas, tantos momento vividos que no se por donde comenzar. Recuerdo el momento que nos conocimos en persona, ya llevamos algún tiempo hablando por los grupos de MSN, sería por el 2002 o 2003 en aquel restaurante chino y como de pronto surgió algo mágico entre mi hija y tu ante una ensalada china. Desde aquel momento comenzó una profunda y verdadera hermandad.

Recuerdo aquella tetería donde nos reuníamos a hablar de magia y brujería y donde comenzamos a dar nuestros primeros pasos de danza de la mano de Shaparak.

Recuerdo nuestros primeros rituales juntas en aquel incipiente Alba de Litha, junto con Nagash y Vega, las noches Samhain, nuestro viaje a Galicia y el cargamento de piedras que recogimos.

Recuerdo como conociste el sacerdocio de Avalon y como tomamos caminos diferentes. Como nos distanciemos por un tiempo. Pero ahí está la magia y nuestra querida Isis que nos volvió a reunir entre velos, alas, dagas y candelabros.

Recuerdo como decíais SÍ a mis locos proyectos solidarios para bailar por los gatos o dar charlas sobre chamanismo. Te recuerdo resolviendo los problemas de tiempo para los cambios en el escenario.

Recuerdo tu voz musical, educada, recitando o invocando.

Recuerdo como sonaban nuestros tambores en las manifestaciones. Las canciones y los gritos reivindicativos. Como no pasábamos inadvertidas entre la multitud.

Ahora son mil recuerdos que se amontan en la mente y no dejan paso a otros muchos miles de recuedos. Te vi convertirte de aquella niña, porque por aquel entonces no eras más que una niña, que se alejaba del opresivo cristianismo en el que había sido educada para dar su primeros pasos en la Wicca y el paganismo en una autentica Sacerdotisa, una gran Sacerdotisa.

Pero sobre todo recuerdo tu gran corazón, y como supimos resolver los problemas que nos hubieran distanciado para siempre para convertirnos en familia.

Volveremos a encontrarnos hermana, amiga, bruja siempre.

P. D. Sé que si lo leyeras sacarías tu boli rojo y corregirías mil faltas con tu sentido del humor. Pero el corazón nos sabe de faltas de ortografía y estilos literarios. La única falta que conoce en este momento eres tú.

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