Aromaterapia

La aromaterapia (del griego aroma, ‘aroma’ y therapeia, ‘atención’, ‘curación’) es una rama particular de la herbolaria, que utiliza aceites vegetales concentrados llamados aceites esenciales para mejorar la salud física y emocional. A diferencia de las plantas utilizadas en herbolaria, los aceites esenciales no se ingieren sino que se inhalan o aplican en la piel. Su eficacia es discutida y es considerada una pseudociencia.

Historia: El término aromaterapia fue utilizado por primera vez por el químico francés René-Maurice Gattefosé en 1935, es una terapia de la medicina alternativa y desde un punto de vista científico no se considera parte de la medicina convencional. Los aceites esenciales de diferentes plantas han sido usados para propósitos terapéuticos desde hace cientos de años. Chinos, hindúes, egipcios, griegos y romanos usaron los aceites esenciales en cosméticos, perfumes y medicinas. En Mesoamérica eran utilizados los aromas de las flores y algunas plantas en infusiones para baños corporales. Hipócrates, el padre de la medicina, utilizaba sahumerios fragantes para desembarazar a Atenas de la peste y los soldados romanos se mantenían fuertes bañándose en aceite aromático y siendo masajeados regularmente. Se cree que la aromaterapia pasó a Occidente en los tiempos de las Cruzadas. Los registros históricos muestran que los aceites esenciales se utilizaron durante la peste del siglo XIV. En los siglos XVI y XVII la aromaterapia era popular entre los grandes herbolarios europeos, pero hasta los siglos XVIII y XIX los científicos no fueron capaces de identificar muchos de los compuestos específicos de la química vegetal. La investigación permitió a los científicos extraer los compuestos activos de las plantas medicinales. Irónicamente, esto condujo al desarrollo de medicamentos farmacéuticos y al rechazo de la medicina vegetal. Para 1920 la dedicación de Rene-Maurice Gattefossé, químico francés, descubrió las propiedades medicinales del aceite esencial de lavanda cuando lo aplicó a una quemadura sobre su mano después de sufrir un accidente en su laboratorio, e inicio una modesta revitalización de los aceites vegetales. En 1928 Gattefossé, acuño el término «aromaterapia» para resumir el efecto curativo de los aceites esenciales. Más tarde el Dr. Jean Valnet, cirujano de la armada francesa, utilizó con éxito los aceites esenciales para tratar a los soldados heridos en combate y a los pacientes de un hospital psiquiátrico.

En 1964 Valnet publicó Aromathérapie, que aún muchos consideran la biblia de la aromaterapia. Para los años 1950 Margarita Maury, terapeuta de la belleza y bioquímica austriaca, introdujo la idea de utilizar los aceites esenciales en el masaje y establecieron las primeras clínicas de aromaterapia en Bretaña (Francia) y en Suiza. Posteriormente algunos fisioterapeutas, enfermeras, cosmetólogos, masajistas, doctores y otros profesionales de la salud empezaron a utilizar los aceites esenciales como alternativa en vez de antibióticos.
La aromaterapia ha evolucionado para convertirse en una de las terapias complementarias modernas más valiosas.

Olfato: Existe una estrecha relación entre aromaterapia y el olfato, un sentido que nunca descansa, debido a que estamos expuestos en cualquier momento a las fragancias del ambiente, de la naturaleza, de las personas o de las cosas, aún cuando estamos dormidos. Los olores los percibimos por la nariz alcanzando así la mucosa olfativa, donde se encuentran las células olfativas sensoriales, las células de sostén y las células basales. El moco acuoso es el encargado de transportar los aromas a los cilios que transforman estos olores en señales químicas. Las prolongaciones nerviosas de las células olfativas alcanzan el bulbo olfatorio terminando así en los glomérulos que es donde se procesan las señales aromáticas que son conducidas por las células receptoras especiales hacia el sistema límbico y al hipotálamo. Un poco de tiempo después parte de la información olorosa alcanza la corteza cerebral haciendo consciente el aroma percibido.

Psicoaromaterapia: Es la psicología que estudia los olores y sus efectos en la mente humana, ya sea desde los estímulos relajantes y aromáticos que nos puedan ofrecer algunas fragancias como la rosa o manzanilla hasta asociar algunos olores con los sentimientos, al igual que los colores ya que ambos se manejan en el sistema límbico que es el manejo de emociones.

La mayoría de las veces relacionamos los olores con las personas, reconocemos estos olores personales al tener un encuentro cercano con esta persona, por esta misma razón podemos recordarnos de alguien al percibir cierta fragancia o perfume que esté en el ambiente.


Aceites esenciales:
Los aceites esenciales son mezclas de varias sustancias químicas biosintetizadas por las plantas, que dan el aroma característico a algunas flores, árboles, frutos, hierbas, especias, semillas y a ciertos extractos de origen animal. Se trata de productos químicos intensamente aromáticos, no grasos (por lo que no se enrancian), volátiles por naturaleza (se evaporan rápidamente) y livianos (poco densos).
Fueron creados y utilizados muchos siglos antes de que la aromaterapia los empleara para mejorar la salud, y su uso no es exclusivo de la misma. La perfumería los desarrolló y posteriormente fueron empleados en diversas industrias como la alimentación y agroindustria.

Precauciones: Es importante señalar que la mayor parte de los aceites esenciales no pueden aplicarse en su estado puro directamente sobre la piel, ya que son altamente concentrados y pueden quemar la piel. Antes de aplicarlos es necesario diluirlos en otros aceites, conocidos como aceites bases, o en agua. Preferentemente los aceites esenciales no deben de ser ingeridos. No deben entrar en contacto con los ojos. En caso de hacerlo deben de lavarse los ojos con abundante agua, evitando tallarse con las manos. Deben de usarse con moderación en mujeres embarazadas y niños. No confundir los aceites esenciales con los aceites sintéticos, su calidad es muy inferior a los aceites esenciales y si son aplicados en la piel causan quemaduras y alergias.

Aceites bases o aceites vegetales portadores: En la aromaterapia, los aceites vegetales permiten diluir los aceites esenciales. Es necesario antes de cualquier aplicación sobre la piel. Ayudan a la absorción de los aceites esenciales por la piel, y completan eficazmente su acción. Nutren la piel en profundidad protegiéndola de las condiciones climáticas, de la contaminación. Los aceites vegetales contienen múltiples ácidos grasos insaturados, que impiden la deshidratación de la epidermis y por su acción nutritiva, preservan la elasticidad y juventud de su piel. Los aceites vegetales contienen también vitamina A (regenerante celular para la piel) y vitamina E (potente antioxidante). La vitamina A tiene un papel importante a nivel cutáneo y en la lucha anti-envejecimiento. Posee una acción estimulante, aumenta el contenido en proteínas y fibras de colágeno. La vitamina A está reconocida por mejorar la elasticidad de la piel y reducir las arrugas. La vitamina E es un gran antioxidante que inhiba la acción de los radicales libres y lucha contra el envejecimiento de los tejidos. Es también un buen agente hidratante. Para ser aplicados sobre la piel, se mezclan pocas gotas de aceite esencial en aceite base, de esta forma el uso es más seguro, además de hacer rendir el aceite esencial. La característica principal de los aceites base es que no cambian el aroma del aceite esencial. Algunos aceites bases adecuados son: almendras, cacahuate, coco, aguacate.

Técnicas de la aromaterapia – La aromaterapia utilizada en masaje
El principal método de aplicación de los aceites esenciales es a través de una dilución en agua caliente, para que así el vapor del agua mezclado con las esencias se absorban por medio del aparato respiratorio.
Otra de las maneras de aplicación es a través de la piel, utilizando una mezcla de aceites esenciales con aceites vehiculares de acuerdo a la necesidad, ya que la piel se convierte en un vehículo y a la vez un protector para introducir los compuestos y propiedades que las plantas poseen sin tener que correr riesgos de efectos secundarios nocivos.

Estos aceites penetran a través de los pequeños vasos capilares y son transportados a todo el organismo mediante el torrente sanguíneo. El tiempo promedio son 90 minutos y en algunos casos toma tan sólo 30 minutos. Se aplican directamente al área a tratar. También pueden combinarse entre sí y producir sinergias que hagan un efecto más potente y benéfico. Es importante señalar que los aceites esenciales no pueden aplicarse directamente sobre la piel ya que son altamente concentrados por lo que será necesario diluirlos en otros aceites o en agua. También pueden combinarse entre si y producir sinergias que hagan un efecto más potente y benéfico, y es allí precisamente donde entra la ciencia, creatividad y el arte de la aromaterapia al producir diferentes mezclas. Sus principales usos van desde el hogar, estéticas, spas, terapias físicas, rendimiento deportivo, padecimientos de la niñez o vejez, atención a pacientes especiales, cuidado de mascotas, entre otros.

Efectos – Algunos de los efectos psicológicos de los aceites esenciales:

Relajantes: amaro, ciprés, clavel, enebro, gálbano, ylang-ylang, cedro, mandarina, manzanilla, mejorana, mirra, nerolí, rosa, sándalo y vetiver.
Equilibradores: albahaca, bergamota, geranio, incienso y lavanda.
Estimulantes: angélica, canela, cardamomo, clavo, elemí, eucalipto, hinojo, jengibre, lima, menta, naranja, palmarosa, petit grain, pimienta negra, pino, pomelo y romero.
Antidepresivos: albahaca, amaro, bergamota, clavel, geranio, ylang-ylang, incienso, jazmín, lavanda, lima, limón, mandarina, manzanilla, naranja, nerolí, pachuli, palmarosa, petit grain, pomelo, rosa y sándalo.
Afrodisíacos: amaro, angélica, canela, cardamomo, cilantro, clavel, clavo, gálbano, ylang-ylang, jazmín, jengibre, madera de cedro, nerolí, pachuli, romero, rosa, sándalo y vetiver.
Anafrodisíacos: alcanfor, mejorana.
Estimulantes de la mente: albahaca, cardamomo, cilantro, eucalipto, menta, pino y romero.

Usos de los aceites esenciales

Las virtudes terapéuticas de la rosa se conocen desde la antigüedad.

Estas son algunas propiedades de los aceites esenciales más utilizados.

Aceite de albahaca. De olor dulce es usado tradicionalmente para la depresión, los dolores de cabeza y para problemas respiratorios.

Aceite de árbol de té. Este arbolito es un remedio tradicional de los aborígenes australianos. Al principio se hacía con él una infusión, de donde viene su nombre inglés «Tea tree». Investigaciones recientes han señalado que su aceite puede combatir todo tipo de infecciones.

Propiedades: Tiene sobre todo virtudes antinfeccionas, antifúngicas, antibacterianas y antivirales. Suele utilizarse para problemas cutáneos como granos, acné, verrugas, pie de atleta, sarpullidos, picaduras de insectos, quemaduras y ampollas. Se utiliza para cortes y heridas infectadas y ayuda a que la piel se cure impulsando la formación de tejido cicatrizante. Es eficaz contra la caspa, llagas frías e infecciones genitourinarias como cistitis y cándida bucal. Es expectorante y alivia la inflamación, y es un inmunoestimulante valioso. Es una elección excelente contra resfriados, gripe, catarros e infecciones de cualquier tipo. También se utiliza para bajar la fiebre, matar pulgas y piojos y como desodorante.

Precauciones: las personas con la piel sensible deben utilizar el aceite con cuidado.

Aceite de jazmín: Tiene un aroma dulce agradable y es usado como relajante «afrodisiaco», como tonificante y para las torceduras.

Aceite de lavanda: Aroma dulce y el más usado por sus propiedades antisépticas, «afrodisíacas», relajantes, reconstituyente de tejidos y antipirético.
Aceite de Rosa: Agradable aroma lo usan para descontrol sentimental y problemas menstruales. Tiene un aroma dulce y penetrante.

Aceite de Sándalo: Aceite con olor a madera el cual es usado como relajante en meditación y para las pieles secas.

Controversia: La validez del mecanismo de acción es rechazada por las comunidades científica y médica. Se considera que la creencia en la aromaterapia se basa nada más que en evidencia anecdótica y pensamiento mágico, como ocurre con muchas terapias alternativas. Pocos estudios rigurosos y controlados han sido efectuados, y algunos de los beneficios que han sido reportados son atribuibles a una mala metodología y al efecto placebo. Esto ha llevado a que la aromaterapia sea catalogada por algunos como pseudociencia o charlatanería. La aromaterapia no ha pasado los estudios clínicos pertinentes para demostrar que las terapias o remedios de esta disciplina realizan las curaciones que aseguran sus seguidores. En algunos casos seguir un tratamiento de una medicina alternativa puede incluso ser perjudicial para su salud tanto física como mental.

Referencias

La fecha de la creación de esta palabra es la publicación del libro Aromaterapia – Aceites esenciales – las hormonas vegetales en 1937. De hecho, la conclusión es un poco antes. Un estudio en el archivo Gattefossé ha aclarado esta cuestión. En el primer manuscrito de preparación, con fecha de febrero de 1935, el término no aparece todavía. Su primer caso, «público» con fecha de diciembre de 1935 es «Aromaterapia, la moderna perfumería». Posteriormente nombra a «Aromaterapia» a una sección en una publicación del año 1936, manuscrito inédito. Lógicamente la publicación del año siguiente la llama «Aromaterapia».

Bibliografía
Enciclopedia Ilustrada de Remedios Naturales. Dr. C. Norman Shealy. España: Könemann, 1999. ISBN 3-8290-1714-6
Aceites esenciales para aromaterapia. Susaeta ediciones, 2003. ISBN 84-305-3913-1

http://es.wikipedia.org/wiki/Aromaterapia

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