Tarot de los sueños

Por solicitud de un visitante reseño el Tarot de los sueños (Tarot of dreams), la colaboración entre Lee Burnsten y Ciro Marchetti. No es la baraja con la cual yo le aconsejaría comenzar a nadie; la encuentro difícil de usar para meditación o para adivinación, pero sin duda es un trabajo notable en muchos sentidos. No sólo eso: ha abierto posibilidades que apenas empiezan a explorarse.

Empecemos por los padres de la criatura. Lee Burnsten es una de las personas que más saben de en el mundo (otra reseña aquí) aunque como ya comenté, cuando se deja suelto corre el riesgo de verse desbordado por su conocimiento y producir barajas muy agradables pero cargadas de un simbolismo difícil. Ciro Marchetti, al revés de Burnsten, reconoce no ser experto en el tarot, sólo se preocupa por la belleza de sus composiciones. Pero dentro de la composición artística es tan bueno que produjo una de las diez barajas más famosas del mundo según una encuesta especializada: el Gilded Tarot, un titán de baraja que reseñaré después.

Así que estos tipos produjeron esta baraja, con todo lo bueno y lo malo que puede resultar de sumar dos aproximaciones tan disímiles. Burnsten proponía sus símbolos y Marchetti les daba su interpretación. El resultado es que, aunque la baraja es apabullante visualmente, simbólicamente tiene limitantes. Para Marchetti, por ejemplo, el agua puede ser azul, amarilla, dorada o naranja, según los reflejos que le quiera dar. Para quienes hacen lecturas intuitivas, basadas en cada color y detalle, esto puede presentar un problema y constantemente deberán recordar que es agua. Otro problema es la presencia exageradamente destacada de la firma de Manchetti en sus creaciones: “El diablo” está firmado en plena capa y “La Emperatriz” en su cuerpo, un extremo al que no llegó ni Pamela Colman-Smith.

Pero lo más importante no es eso. Si bien su base FISICA es una baraja de 78 cartas (en dos versiones, cartón y papel esmaltado más rígido) de un tamaño un poco mayor al convencional, en vez de venir con un folletito o con un libro trae un CD interactivo. Y ahí las cosas se ponen emocionantes!

El CD abre una minipelícula animada y una orquestación que parece el tema de Superman. Al pasarla llegas a las cartas y a los textos explicativos. Si quieren imprimir el libro, son 138 página en PDF, lo cual lo hace de lejos el libro más grande que haya visto yo acompañando una baraja (el ahorro en papel e impresión permitió esto, lo cual se traduce en una explicación detalladísima de cada naipe). Burnsten, como conocedor del sistema Golden Dawn y sus aspiraciones de fusionar la Qabalah y el mazo, se toma todo el tiempo del mundo detallando esas correspondencias y explicando su importancia, haciendo énfasis en el Árbol de la Vida. Como he dicho, uno puede compartir o no esa aspiración, pero conocerla bien mejora muchos las destrezas de un lector

Pero al que no le guste leer, cada pantalla de naipe incluye una pequeña reseña práctica para una lectura y los naipes vienen con respaldo en multimedia (el “Hierofante” que se llama “Faith” incluye un tenue murmullo de canto gregoriano y “La Luna” tiene los aullidos de los lobos… los puristas pueden encontrar eso detestable y distrae, pero insisto en que eso abre horizontes que antes no teníamos, además de hacer las cartas atractivas a los neófitos y servir como recurso nemotécnico). Como en todo CD que se respete, hay extras como el proceso de creación de una de las cartas y salvapantallas o papel tapiz.

Ahora, aparte de la aplicación de la multimedia al tarot de una manera desconocida hasta este momento, viene el aspecto empresarial. Burnsten y Manchetti se saltaron a las editoriales y llegar directamente al mercado autopublicando su obra. Para aquellos que conozcan la filosofía del tarot y tengan habilidades artísticas esta puede ser una gran noticia. Por supuesto, el trabajo tiene que ser soberbio porque allí afuera hay mucho ruido para hacerse notar, pero quien lo consiga no sólo tendrá un trabajo muy satisfactorio sino un rendimiento económico importante. Aunque ha habido barajas autoplublicadas desde finales de los noventa (en especial collages que muchas veces no pasan de algunas reseñas en sitios especializados cuyos propietarios son amigos del autor del mazo) primero Karen Mahony y luego la dupla Burnsten & Marchetti demostraron que la cosa puede ser muy rentable.

Y con eso llega la mala noticia: es imposible conseguir esta baraja hoy. Marchetti la vendía desde su site, en ejemplares numerados a un precio que se situaba cerca de los 100 dólares. Vendió el último en febrero de 2009 y no tiene intenciones de producir más. Hay una subasta de UNA en Malasia, en 700 dólares y sólo admite medios de pago locales (cheque o efectivo) por si alguien lo quiere y tiene un amigo descendiente de Sandokán…

Fuente: http://luisftenorio.wordpress.com

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