Libros malditos

Mi amigo Fernando Iwasaki Cauti tiene un maravilloso cuento en el que un hombre compra un libro maldito que nunca repite sus páginas: si hemos leído la página siete y pasamos a otra página, el contenido de la página siete, cuando quiera leerse después, será otro. Así hasta enloquecer a su lector.

Eso me recordó que, en mi juventud, anduve en busca de muchos libros malditos. Buscaba, por ejemplo, el libro de Toth, un texto legendario de los egipcios al que se le atribuye una antigüedad de entre 10.000 y 30.000 años. La leyenda afirma que Toth, un escriba egipcio, rivalizó con los dioses, les ganó y llegó a convertirse en uno de ellos. Según los mitos, Hermes Trimegisto fundó la alquimia basándose en las revelaciones de un libro vetusto. La similitud entre los cuatro elementos fundamentales del mundo según la alquimia (agua, aire, tierra y fuego) y los poderes que confería el libro de Toth sobre el cielo, el mar, la tierra y la luz parecen indicar que este libro en el que se basó Trimegisto es el propio libro de Toth. Hermes reunió todos estos conocimientos en un conjunto de libros llamado el “Corpus Hermético”. Otra de las obras inspiradas en el libro de Toth serían los Arcanos del Tarot.

El Necronomicón es un libro que ciega a quien lo lee. Según los mitos presentados por Lovecraft, fue escrito con el título de Al Azif (en árabe “el rumor”) hacia el año 730 d.C. por el poeta árabe loco Abdul Al-Hazred, de Sana (Yemen). Se dice que éste murió a plena luz del día bajo las garras de una bestia invisible, delante de numerosos testigos. Lovecraft abunda en datos para hacer verosímil la existencia del libro. Por ejemplo cita como uno de sus compiladores a Ibn Khallikan, erudito iranioárabe que existió en la vida real. Aproximadamente en el año 950, el libro fue traducido al griego y adoptó el título actual griego: Necronomicón. La Iglesia Católica lo condenó en el año 1050. En 1228 Olaus Wormius tradujo el libro al latín, en la que es la versión más famosa, pues -según la ficción lovecraftiana- aún quedan algunos ejemplares de ella, mientras que los originales árabe y griego se han perdido.

El “Evangelio de los Vampiros” constituye la versión “oscura” del Génesis, escrita supuestamente antes que el evangelio cristiano. Los paralelismos son más que evidentes.

El “Malleus Maleficarum”, o “Martillo de las Brujas”, es probablemente el tratado más importante que se haya publicado en el contexto de la persecución de brujas y enchiridonas del Renacimiento. Es un exhaustivo libro sobre la caza de hechiceras, que, luego de ser publicado en Alemania en 1487, tuvo docenas de nuevas ediciones, se esparció por Europa y tuvo un profundo impacto en los juicios contra las brujas del antiguo y nuevo continentes. “El Malleus Maleficarum” fue compilado y escrito por dos monjes inquisidores dominicos, Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, quienes aseguraron que les habían sido otorgados poderes especiales para procesar brujas en Alemania por el Papa Inocencio VIII.

El libro está dividido en tres secciones, cada una de las cuales plantea preguntas específicas y se propone responderlas a través de argumentos contrarios. Hay poco material original en el libro; es más que nada una recopilación de creencias y prácticas preexistentes con abundantes partes tomadas de obras anteriores tales como “Directorium Inquisitorum” (1376), de Nicolau Aymerich; o “Formicarius” (1435) de Johannes Nider. Busca probar que la brujería o hechicería existía. Detalla cómo el Demonio y sus seguidores, las brujas y hechiceros, perpetran una plétora de males «con el permiso de Dios Todopoderoso». Más que explicar esto como un castigo, tal como muchas autoridades eclesiales de la época hacían, los autores de este libro proclaman que Dios permite estos actos, con tal que el Diablo no gane poder ilimitado y destruya el mundo.

fuente: http://www.infomistico.com

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