LA ESTRELLA DE DAVID

La estrella de David

El alma de este pantaculo es el número seis.
El triángulo con el vértice hacia abajo es el descenso del Espíritu hacia la materia para dar vida a la forma en los reinos mineral, vegetal y animal.
El triángulo con el vértice hacia arriba es la materia espiritualizada. Es el cuerpo, el alma y el Espíritu en el hombre.
Y los dos triángulos enlazados no representan fuerzas en equilibrio, sino un estado de acción y reacción.
Como el número seis en Kabbalah está relacionado con la debilidad, la indecisión, la vacilación y la timidez, y además en el Macrocosmos es la fuerza sin control, en el hombre es la TENTACIÓN.
La tentación constante en muchos aspectos de su vida, destacando la sexual. Pues a la hora sexta del sexto día vino la primera tentación al mundo.
A la luz de la Kabbalah se explican y entienden muchas cosas. Así, el número seis está formado por la multiplicación del primer número impar después de la unidad y el primer par (3 X 2), o sea macho y hembra.
Antes de seguir con la interpretación del pautado, veamos algo con respecto al número seis, por ser interesante y relacionarse además con el símbolo en estudio.
Según los pitagóricos, el seis elevado al cubo 6 X 6 X 6 da el lapso de tiempo 216 años en que las cosas son regeneradas y la metempsicosis o renacimiento del hombre se efectúa en la tierra.
Los Serafines de Isaías tenían seis alas cada uno.
Los druidas tenían preferencia misteriosa y religiosa por el seis y por este motivo tenían que ir seis juntos a recoger el muérdago sagrado para sus ritos.
Los antiguos tenían un periodo astronómico de 600 años llamado Naros, Ciclo del Sol, Periodo Luni-Solar, que consistía en 31 periodos de 19 años y uno de 11.
Y Kenealty afirma que cada 600 años viene al mundo un Mesías, y según sus cálculos los presenta así: Adán. Enoch. Fo-Hi en China. Brighon en la India. Zoroastro en Persia. Hermes Trimegisto en Egipto. Moisés en Egipto. Lao-Tse en China. Jesús en Palestina. Mahoma en Arabia. Gengis Khan en Persia.
El autor debería de incluir a Quetzalcóatl en México. El Talmud dice que los Espíritus del Mal tienen seis cualidades:
como hombres, comen y beben, nacen y mueren; como ángeles tienen alas y se dirigen de un extremo a otro del mundo y pueden conocer el futuro.
Salomón tuvo seis nombres: Salomón, Jedidiah, Kohelet, Jareh, Agur y Lemuel.
Volvamos ahora a la interpretación.
Según el pantaclo, el hombre tiene que vencer dos veces a cada animal, para formar el Hexapla en el astral.
Como en la Astrología, tanto los Signos como los Planetas presentan un aspecto dual, es decir, un lado luminoso, positivo, benéfico, y otro lado tenebroso, negativo y maléfico;
no debe extrañar que si Tauro da la riqueza, da también la avaricia.
Al Toro debe vencerlo en la avaricia y en el rencor.
Al León debe vencerlo en el orgullo y en la tiranía.
Al Águila debe vencerla en la perversión sexual y en el control de la natalidad. Ni debe acoplarse con una mujer a quien no ame, ni debe evitar la natalidad.
Si logra vencer estas SEIS TENTACIONES, entonces su Águila se coronará y su Toro tendrá cuernos de oro y su León se dejará abrir las fauces.
El Ángel entre los pétalos de una rosa abierta y en el centro de una cruz, simboliza el desiderátum, el apogeo del hombre en la tierra, porque puede hacer sonar el Nombre Santo de Dios en su interior.
Con el IOD en el entrecejo del Ángel, con el HE en el Toro, con el VAU en el Águila y con el HE en el León.
El símbolo masónico del compás y la escuadra al pie de la cruz, es un agregado en el pautado. Quien lo hizo, y situándolo jan lugar opuesto al Águila, tal vez supo lo que hizo.
Porque como ya se explicó en el pantaclo de la Masonería, la G es el símbolo de la Generación, que forzosamente ocurre entre el compás y la escuadra, es decir, por medio del membrum virile y la genitalia mulieris.
Es el Andros y el Gyne de los griegos. El Yang y el In de los chinos. Es el falo y el cteis de los hindúes.
Porque la cruz más maravillosa que existe es la formada por el hombre y la mujer en los lazos divinos del amor. Esta cruz es la que verdaderamente enlaza, la que redime y la que eleva, porque une DOS MENTES. DOS PLEXOS. DOS CORAZONES, DOS SEXOS Y DOS VOLUNTADES
Transforma al hombre y a la mujer, fusiona dos vidas en una, logra al final como apoteosis en la tierra el desiderátum de dos almas, logrando el andrógino universal. Porque las puertas de los cielos se abren a los EGOS reintegrados por sus dos almas, aquellos que supieron amar y sacrificarse, aquellos que envolvieron a su amor en la gasa inconsútil de la fidelidad.

Fuente:Simbolos esotericos Moncada

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