Autor: Templo de Hekate (Madrid)
De Hekate últimamente se habla mucho. Si ponéis Hekate en el buscador os van a salir unas mil opciones para encontrar información sobre la Soberana de los Tres Reinos, que ha decidido ocupar también La Red con su presencia. De Ella se dice que es Diosa de la Brujas y se habla de su inmenso poder. Incluso Zeus, le permitió conservar todos sus poderes dotándola incluso con alguno más, siendo Ella de la generación de los titanes.
Hekate tuvo mucha fama en la Antigua Grecia y es de extrañar que tan pocos templos se conserven de ella. Quizás los cristianos en su afan de convertirla en un demonio los destrozaran. Aún así hace algunos meses intenté encontrar alguno para llevar ofrendas. Una de mis amigas no sabía que decirme ya que no conocía ninguno, ni le sonaba. Le pregunté ¿donde estaba Hekate en la Grecia Antigua? Y ella me dijo, en las casas. Hekate estaba en las casas.
Me quedé un poco fascinada con esa respuesta y empecé a investigar encontrándome a una Hekate que protegía las puertas de las casas para que los maleficios y los fantasmas no pudieran hacerle daño a sus habitantes. Esta cara que protege los umbrales y los sitios de paso la hizo muy popular en los cultos familiares que acudían a la Diosa para prevenir futuros visitantes no deseados en ambos planos, así que a consecuencia de esto se popularizó la figura del Hecateion, que con forma familiar a las Hermas del Dios Hermes se colocaban en las entradas de las casas. Todo lo que entraba y salía se sometía a Hekate y nada entraba ni salía sin su consentimiento.
¿Quieres bendecir tu puerta en honor a la Diosa de las Encrucijadas?
Prepara bien tu casa, es ideal que uses una noche de luna nueva. Antes haz una buena limpieza física y no te limites solo a recoger lo sucio. Tira todo aquello que no vayas a usar o que estés acumulando en tu casa. Una casa con trastos o cosas rotas no puede tener buena energía. Cuando hayas recogido la casa, limpia con agua con sal o agua de mar el marco de tu puerta y cubre con algún incienso de limpieza.
Prepara un pequeño altar con una representación de la Diosa, un incensario y un bol para libar vino y un poco de aceite de oliva, si te gusta oloroso puedes ponerle un pelín de aceite de mirra.
Visualiza como el arco de tu puerta se enciende con una luz clara y brillante, casi dorada y observa si tiene algún vacio de energía. Si descubres algún hueco de energía, cúbrelo, rellénalo de luz blanca o dorada. Cuando esté perfectamente cubierto de luz ponte si puedes en el umbral. Si te da verguenza salir afuera y que te vean los vecinos, puedes hacerlo desde fuera del arco, tocando la puerta. Llama a Hekate:
Invoco a Hécate , protectora de los caminos, en las encrucijadas, grata, celeste, terrenal, marina, de azafranado peplo, sepulcral, y que se agita delirante entre las almas de los muertos; hija de Perses , amante de la soledad, que disfruta con los ciervos, noctámbula, protectora de los perros, invencible soberana que devora animales salvajes, sin ceñidor en su cintura, y con una figura irresistible; que se mueve entre los toros, dueña guardiana de todo el universo; conductora , joven guerrera, nutridora de jóvenes, montaraz. En conclusión, suplico que asista la doncella a los sagrados misterios, mostrándose propicia al boyero de corazón siempre alegre.
Liba el vino al terminar.
Ahora toma el aceite y unge el marco con el. Puedes ir visualizando como el aceite le da otro brillo, puedes decir algo mientras lo haces como: Mediante este aceite yo consagro esta puerta a Hekate. Que tu fuerza señora proteja y cuide la entrada de mi casa, que nada que nos perjudique pase dentro. Ahora pasa de nuevo el incienso.
Puedes dejar la imagen de Hekate cerca del altar o incluso colgar una pequeña foto en la puerta, por dentro, que recuerde tu vínculo con la Diosa y refuerce vuestra relación.
Cuando hayas terminado abre y cierra la puerta, siendo consciente de la energía nueva que custodia tu hogar y dándole las gracias a Hekate por Ello.