Diamantes de Sangre

El Diamante Hope
El diamante mas peligroso de la historia, y cuya trayectoria parece sacada de telenovela, es el Diamante Hope. Cuenta la leyenda que esta gema, de 112 quilates,  era parte del santuario de la diosa hindú Sita, y que fue robada de su templo en Golconda en el Siglo XVII.
Por esta razón, la joya aporta una maldición a quien la posea. Su primer dueño fue el joyero francés Tavernier quien se la vendió al Rey de Francia. Poco después, Tavernier moría de frío en Rusia, y su cadáver fue devorado por los lobos.
Luís XIV se lo obsequió a su favorita, la Marquesa de Montespan. Tiempo después La Montespan caía en desgracia y el Rey se casaba con la que era la institutriz de los hijos de la favorita.

Uno de esos hijos, Luís XV obsequio el diamante, entonces conocido como El Diamante Tavernier, a la esposa de su nieto, La Delfina María Antonieta. Cuando ya era reina, Maria Antonieta se lo prestó a su dama y amiga más querida, la Princesa de Lamballe. Todos saben el triste fin de la Reina Maria Antonieta y su familia. En cuanto a la Princesa de Lamballe, una turba de revolucionarios la violó y despedazó en 1792.

Durante la revolución, el diamante fue robado y vendido a un comerciante de joyas holandés de nombre Fals. A éste lo asesinó su hijo quien se suicidaría tras vender el diamante a un tal Beaulieu. Luego le vendieron el diamante al  Rey Jorge VI de Inglaterra, el cual falleció a poco de haber adquirido la piedra preciosa.

Tras una serie de aventuras,  el diamante terminó en los Estados Unidos en poder de una familia llamada Hope. Por generaciones se le atribuyó una serie de desgracias familiares que terminaron cuando los Hope cayeron en bancarrota, y el infame diamante fue vendido a otros dueños.  Su última dueña fue Evalyn Walsh McClean que no creía en maldiciones.

Su escepticismo se desvaneció tras la muerte de su hijo en un accidente, el suicidio de su hija y la locura de su marido. Al fallecer la Señora Maclean, el Diamante Hope pasó a manos del joyero Harry Winston. En 1958 lo donó al Museo Smithsonian en Washington, quizás para alejar de si la maldición

El Orlov Negro
Otro diamante maldito es el Orlov Negro, que como lo exige el mito también se dice fue saqueado de un templo hindú. A comienzos del Siglo XX, este diamante,  que originalmente se llamó “el ojo de Brahma” era propiedad de una princesa rusa, Leonila Galitzin-Bariatinsky. De ella pasó a manos de otra aristócrata, la Princesa Nadya Orlov quien le dio su nombre a la gema.  Al huir de Rusia tras la revolución,  la Princesa Orlov vendió el diamante de 195 quilates. El joyero que lo compró a fines de la década de los años 20’s, se lanzó al vacío desde uno de los rascacielos mas altos de la Gran Manzana. Lo curioso es que quince años más tarde, en 1947, las antiguas dueñas del Orlov sin siquiera conocerse, se suicidaron, también saltando desde sus ventanas. ¿Coincidencia o maldición de ídolo hindú?

Koh-hi-noor
Más prácticos resultaron los monarcas británicos. En el Siglo XIX, la Reina Victoria añadió a su baúl de joyas, el monumental Koh-hi-noor, un diamante de 109 quilates,  que se creía causaba la muerte de todos sus dueños. Los ingleses descubrieron que todas las victimas del Koh-hi-noor eran varones, lo que indicaba que las mujeres eran inmunes a la maldición. Se engarzó la piedra en una corona que desde entonces portan las reinas consortes en la Gran Bretaña. Así se acaba con las maldiciones.

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