La Apertura del Ritual

El modo de abrir y cerrar un ritual es muy importante; estas cosas son el alfa y el omega del rito, y como tales merecen toda su atención en cualquier momento. Si no abre el templo de modo adecuado, no obtendrá toda la entrada de poder necesaria para llevar a cabo el ritual. Si no lo cierra con firmeza, tendrá un ritual poco sólido y con gran frecuencia se producirán algunos fenómenos, como ruidos, olores, vela de luz volando alrededor, etc. No es nada a lo que haya que temer, se trata tan sólo de la fuerza que no ha sido utilizada y trata de volver «a casa».

En consecuencia, esas partes del ritual deben ser muy decididas y pronunciarse con voz firme y con energía. En realidad durante todo el ritual debe ser autoritario sin llegar a ser mandón y tiránico. No se arrastre alrededor del templo como pidiendo excusas; camine con firmeza, con postura erguida y dignidad. No susurre Ias invocaciones hacia los puntos cardinales, pronúncielas con voz alta y con confianza. Tampoco tiene que gritar, sino juzgar, como hace un actor, la acústica de la sala, ajustándose a ella.

Durante la apertura y cierre de un ritual es cuando más problemas se producen, por lo que debe aprender a realizarlas bien. Se sabrá ya al dedillo el ritual de destierro menor del pentagrama. Realizado con eficacia, es mucho lo que puede decirse de él. Sin embargo, durante algún tiempo, como sucede con todo, puede producirse una falta de solidez. Dispóngase a ensayar su actuación de vez en cuando, atando los cabos sueltos. El problema surge si se utilizan exactamente las mismas palabras, gestos y movimientos en ambos extremes de un ritual. Un ritual de destierro sirve para desterrar, y por tanto no puede utilizarse al principio y al final. Pocos son los magos que tienen esto en cuenta, por lo que acaban en un caos ritualista.

A la popularidad creciente de lo oculto se le puede achacar los métodos de acierto o error de la magia ceremonial, personas que con poco o ningún entrenamiento aplican sus propias ideas, errando en la mayor parte de las ocasiones. Todo ritual se divide en tres partes: una apertura, un cierre y lo que hay en medio, que es lo decisivo. Una apertura invita a determinados poderes a los puntos cardinales a modo de aliados o amigos; Usted pide su apoyo o por lo menos trata de despertar su interés por lo que va a hacer. El circundar un templo o recinto sagrado se hace para definir el área, para marcarla como el territorio de los dioses, y usualmente se combina esto con un rito de limpieza, como el rociar sal y agua, el llevar incienso, etc.

 

Si utiliza el ritual de destierro menor del pentagrama como apertura, asegúrese de hacerlo antes de invocar la presencia de las formas divinas, y no después, pues en tal caso tendría un templo agradablemente limpió… ¡pero sin nadie dentro de él! Asegúrese también de que conoce qué pentagrama abre y cuál cierra, pues esto es muy importante.

Aperturas de los cuartos.

Hay distintos pentagramas para los diferentes elementos, y se utilizan cuando está trabajando con un elemento en el rito. Es útil conocerlos y los encontrará representados en la figura . Se necesita algún tiempo para dominados, pero los resultados hacen que merezca la pena. Hay muchas aperturas y cierres distintos, y cada tradición tiene su inclinación particular que pone su marca en el trabajo, pero todas son al mismo tiempo parte integrante y parte separada de cualquier ritual. Parte integrante porque el trabajo no se puede realizar sin ellos , separado porque tienen un fin distinto de la propia ceremonia.

Un buen mago investigara, adaptara y aprenderá tantas aperturas y cierres como pueda y algo que se puede y se debe integrar en un programa de estudio.

Fuente: «Manual Practico de Magia ritual «, Dolores Ashcroft

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