Uno de los grandes problemas para la gente que recién se inicia lo presentan los rituales. En general
todos empezamos usando algunos de libros, pero llega un momento que los mismos no nos
satisfacen. O peor aún: no tenemos libro, pero de todas formas queremos realizar un ritual. ¿Qué
hacer?
La respuesta es obvia: diseñar los propios. Esto puede asustar en un principio, pero veremos que en
realidad no es algo tan difícil. Para empezar, tenemos que tener en claro por qué queremos realizar
un ritual. ¿Es una celebración estacional? ¿Lunar? ¿Queremos hacer algo quizás un poco más
complicado, como un hechizo? Poner éstos puntos por escrito puede ayudarnos a focalizar nuestras
mentes para que el ritual empiece a tomar forma. Tratar de traer a la luz la simbología de lo que
vamos a hacer también sirve.
El paso siguiente es empezar a desarrollar el ritual en sí. Tenemos que tener en cuenta que hay varios
pasos que son fundamentales y que deben estar siempre presentes, otros son optativos, pero añaden
«color», otros son tan básicos como la elección del lugar, vestimenta, fecha y hora en que lo
llevaremos a cabo, y si lo haremos a solas o acompañados, si queremos silencio o música, y en éste
último caso, qué queremos que suene. Pasemos a analizar uno por uno los detalles:
Lugar: lo ideal sería un bosque o jardín, parque, plaza o cualquier otro lugar donde estemos
en contacto con la naturaleza. Pero no todos podemos hacerlo, así que lo fundamental en éste
caso es que sea un lugar tranquilo donde nadie nos moleste por el tiempo en que va a durar el
ritual.
Hora: los celtas comenzaban a contar el día desde el anochecer hasta que el sol se pusiera
nuevamente. Y justamente éste, o la madrugada justo antes de que el sol salga, son excelentes
momentos. La hora también depende de nuestra disponibilidad horaria, así que debemos
ajustarnos para que podamos hacer lo que sea tranquilos, sin necesidad de andar corriendo
Fecha: los Sabbats estacionales solían festejarse el día correspondiente, o en su defecto en la
luna llena posterior al mismo. Los ritos de luna llena son obviamente realizados en ése
momento, y algunos rituales mágicos dependen de la fase de la luna. No es una mala idea
consultar un calendario lunar y verificar fases y horas de salida y puesta.
Compañía: una decisión difícil, pero mi consejo es que ante la duda, trabajen solos. Mejor
estar solo que des-concentrarse por un acompañante que quizás no tiene todos sus sentidos
puestos en lo que uno hace. Otra opción es invitar alguien como observador, y después de un
tiempo invitarlo a incorporarse a nuestros rituales, cuando ya estemos seguros de que no va a
tener su cabeza puesta en otra cosa.
Música: depende de las preferencias personales. Si elegimos tenerla, podemos producirla
nosotros (flautas y elementos de percusión son los tradicionales) o utilizar música grabada. En
todos los casos debe ser música rítmica pero tranquila, que nos ayude a entrar en otro estado
de consciencia necesario para realizar el ritual.
Vestimenta: existen dos vertientes. Una considera que las ropas estorban, y los rituales
deben realizarse «vestidos de cielo», es decir, sin ropa. Otra considera que el ponernos una
ropa en particular ayuda a nuestra mente a entrar en el estado apropiado. Si vamos a realizar
el ritual vestidos, no es necesario tener una túnica, ya que a veces cosas como ruedos muy
largos o mangas demasiado amplias pueden estorbar al movernos. Es decir, el estilo de la
vestimenta no importa, siempre y cuando sea cómoda y de telas naturales.
Una vez que hemos resuelto éstos detalles previos, podemos dedicarnos a desarrollar el ritual en sí.
Fuente: Anon