Dios , Jano

Ianuarius, Enero, es el mes del año dedicado a Jano, el dios bifronte. Por ese motivo, la primera entrada del año se la dedico a este dios, para honrarle y que nos abra las puertas de este año otorgándonos prosperidad y felicidad.

Jano es el dios romano de las puertas, los inicios y los finales. También es considerado dios de la arquitectura y la astronomía. Sus atributos son dos llaves y el bastón. El mito nos narra que Saturno, tras ser expulsado por Júpiter, fue a refugiarse al reino de Jano y Saturno, en agradecimiento, le otorgó la capacidad de observar al mismo tiempo el pasado y el porvenir para así decidir siempre sabiamente.
A Jano se le dedican las Agonalias del día 9 de enero. En esta fiesta el rex sacrorum sacrificaba un cordero en honor a Jano. El solsticio de invierno y de verano también se consagran a Jano, puesto que sus dos caras miran a las dos «puertas» del año. Como dios de de los solsticios y las puertas celestiales, se le consagra el solsticio de verano, llamado Ianua Inferni (Puerta del infierno y de los hombres); y se le consagra el solsticio de invierno, llamado Ianua Coeli (Puerta del cielo y de los dioses).
Como dios bifronte, Jano observa todas las idas y venidas, guarda las puertas, los inicios y finales. Como dios de las iniciaciones, Jano contiene un simbolismo muy profundo. Es un dios capaz de mirar hacia dos sitios a la vez, de ver occidente y oriente, de estar constantemente avisado de lo que sucede. Pero también es un dios que ve el pasado y el futuro, que sabe todo lo que ha pasado y lo que pasará, que sabe tomar decisiones sabias, o al menos, decisiones acertadas. Según Ovidio, Jano es el dios encargado de custodiar el universo, puesto que es el encargado de mantener la armonía y los ritmos de éste, ya que una cara mira hacia un lado y otra hacia el opuesto. Jano es capaz de hacer lo que todo lider sabio debería, saber mirar las dos caras de todo, saber que todo y todos tenemos dos caras, dos facetas que deben ser miradas y estudiadas para alcanzar la sabiduría.
A modo de reflexión, añado los versos de una canción de un grupo que me encanta:
«Cuando oigas a un niño preguntar, ¿por qué el sol viene y se va? Dile porque en esta vida no hay luz sin oscuridad».
¡Gloria a Jano, dios de los finales!
¡Gloria a Jano, dios de los principios!
Fuente: http://cvltvsdeorvm.blogspot.com/

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